¿se te ha perdido algo? [Libre]

Miraba de un lado a otro, como un niño que asiste a la escuela por primera vez y empieza a conocer su entorno, estaba esposada y flanqueada por 2 corpulentas chicas de altura notablemente mayor a la mía, ambas con gafas oscuras y un ceño fruncido, aun tenía sangre en mis manos y se notaba mi agitación por lo ocurrido, si, asesinar a alguien requería cierto esfuerzo, no es tan sencillo como parece y menos aun cuando tienes una complexión como la mía.

Las “señoritas” que me acompañaban me miraban con aires de superioridad y sonrisas burlonas diciéndome “aquí es tu nuevo hogar”, “pasara mucho tiempo antes de que puedas ver el exterior nuevamente”, “a chicas como tu aquí las devoran más rápido de lo que crees”… querían intimidarme, hacer que desde antes de conocer el lugar ya tuviera miedo y me anduviera con cuidado, les funcionaba hasta cierto punto, pero no dejaría que se notara, de lo contrario, mi orgullo quedaría por los suelos así que simplemente les sonreía ladinamente, mostrando el colmillo no tan marcado pero dando a ver un aire despreocupado y retador, lo cual las hacia enfurecer aun mas.

-já… ya veremos.- Y tras decir me empujaban y me silenciaban amenazando con golpearme con la porra que llevaban en mano.

Una puerta se abrió y enseguida me empujaron para que entrara. “contra la pared” ordenaron y así lo hice, sin más comenzaron a tocarme todo el cuerpo, se ensombrecía mi mirada y una sonrisa retorcida se dibujaba en mi rostro.
-¿ya?... disfrutaron de mi cuerpo lo suficiente?- reí burlona y solo sentí que me lanzaron un bulto a la cara, lo extendí y era mi nuevo atuendo, vaya conjunto, muy singular y poco convencional pero igual quedaba bien. Comencé a quitarme la ropa despreocupada hasta sentir la mirada penetrante de alguien que no eran las guardias. Miré sobre mi hombro y al ver a la chica fruncí ligeramente el ceño.

-¿se te ha perdido algo?-

La chica que me había observado, respondió de forma simple, un “no, nada”. Cierta entente no lo esperaba, pues según había escuchado y visto, aquí la mayoría eran duras y crueles, a la mas mínima señal de “enfrentamiento” se lanzaban sobre ti, ya fuera para golpearte para darte tu merecido o si te iba “bien” abusaban tocando tu cuerpo como “paga” por haber corrompido su paz. Era por eso que mi pregunta fue de mala gana y en un tono algo bravucón, pero ante tal respuesta y tono con que la dijo, supe que seguramente no debía preocuparme de mucho.

-Kuroyukihime… o si lo prefieres acortar Yuki o Hime, pero jamás Kuro.- Fruncí el ceño, de tantas veces que había dicho mi nombre siempre era llamada Kuro, por ser lo que está al principio, pero ser llamada así me hacía rabiar.

Una de las guardias que estaban por el lugar gritó: “muévanse holgazanas, más vale que terminen de vestirse rápido”. Todo lo quería en el momento, éramos reas pero no dejábamos de ser mujeres con vanidad y demora para vestirse. Me encogí de hombros ante la advertencia, girando mi cuerpo en dirección de la chica pelirroja mientras terminaba de quitarme la ropa, tomar mi nuevo uniforme y extenderlo frente a mí, notando que seguramente de la parte superior, me quedaría un poco grande.

-¿y tú?, ¿cuál es tu nombre?- sabía que lo que menos me convenía era socializar ahí, pero estaba bien, pasaría el tiempo de una forma un tanto más amena, o eso pensaba yo. Y mientras esperaba respuesta y me vestía, no podía dejar de verle el cuerpo, realmente estaba llena de curvas, de las cuales yo carecía en la parte superior, ¿Qué si tenía envidia? Claro que sí! Maldito desarrollo que parecía jamás haber llegado.