Pensando [Libre]

Hacia dos días que había llegado al correccional y después de tenerla encerrada por esos dos días para hacerle los chequeos y la entrada la dejaron tranquila para que pudiera andar a su gusto. Se recostó en su celda cerrando los ojos tratando de dormir un rato pero era imposible, su mente viajaba a gran velocidad buscando que hacer o la forma de seguir dando órdenes a su gente desde allí para que su “Negocio” no se viniera abajo. Estuvo un par de horas dando vueltas en la cama y decidió que una ducha tal vez la relajara un poco y podría dormir; se levantó y tomo la toalla que le habían dado para encaminarse a las duchas sin mirar a las demás mujeres del lugar que la vigilaban como si se tratase de un enemigo.

Llego a las duchas y las miro seriamente dejando salir un suspiro al ver que solo tendría agua fría; camino casi hasta el final de las duchas y se quedó mirando unos segundos a una chica que parecía estar preparándose para ducharse. Se quitó su ropa y se metió bajo la ducha; tomo la perilla del agua y miro de nuevo a la chica. – Si te muestras débil en un lugar como este terminaras siendo una esclava. – Abrió la ducha y dejo que el agua fría le callera en la cara cerrando los ojos unos segundos para luego pasar sus manos por el cabello y comenzar a enjabonarse.

Seguía duchándose de manera tranquila sin prestar atención a las demás reas que hablaban en voz baja mirándolas a las dos; enjabonaba su cuerpo pasando las manos en forma sensual por él y disfrutando de sus caricias absorta en sus pensamientos. Volvió en si al escuchar que la chica le respondía a su comentario y sonrió de lado abriendo nuevamente los ojos para mirarla de manera fría. – No he dicho que lo seas, digo que te muestras de esa manera; que acaso es la primera vez que estas en un correccional? – Siguió con su ducha tranquilamente mientras miraba a las demás de reojo y suspiraba tranquila.

Y yo que quiero pasar el tiempo aquí lo más tranquilamente posible. – Miro de nuevo a la chica mientras tomaba el jabón una vez más. – Tienes enemigos aquí? Por qué aquellas tres nos miran como que si estuviese hablando con alguien indeseable. – Volvió a mira a las mujeres y estas al notar que las miraba de mala gana desviaron la vista haciendo como que nada pasaba.

Las tres mujeres entraron en la ducha y dejaron de mirarlas pero no de hablar entre ellas; termino de enjabonarse y dejo correr el agua por su cuerpo para sacarse el jabón, mientras cerraba sus ojos escucho que la chica le volvía a hablar. – Pues si es tu primera vez no te muestres débil, por más que no lo seas o vendrán a buscarte para que seas su mascota. – Se quedó bajo el agua unos minutos más, le encantaba esa sensación del agua corriendo por su cuerpo.
Miro a la chica y asintió levemente. – Entonces nos estudian, no me extrañaría que vengan a buscar pleito. – Volvió a cerrar los ojos y dejar que el agua corriera por el cuerpo mientras acomodaba su cabello. – Por cierto, me llamo Gabriela; mucho gusto. – siguió enjuagándose el cabello tranquilamente no sin dejar de vigilar a las tres mujeres.

Cerro el grifo de la ducha mientras escurría su cabello; tomo la toalla y comenzó a secarse mientras miraba a las tres mujeres secándose y miro a Audrey. – Un gusto Aud, se puede saber por qué te encerraron? - Se enrollo el cabello en la toalla y se la quedó mirando de forma tranquila relajeando a las tres mujeres que aún seguían ahí.
Miraba tranquilamente a las mujeres y a Audrey mientras buscaba su ropa para volver a cambiarse. – Estos uniformes parecen de prostituta; me pregunto si no darán ese servicio aquí. – Miro a Audrey y dejo salir una sonrisa. – Tú serias una buena niña para eso, tienes un cuerpo hermoso. – Volvió a mirar a las mujeres.

La quedo mirando cuando le decía porque había robado y sacudió la cabeza. – Hubiese sido más fácil que pidieras. – Comenzó a vestirse tranquilamente mientras tenía el pelo recogido por la toalla. – Puedo hacer que se ocupen de tu familia, pero no te saldrá gratis. – se sentó en una de las bancas mirándola a los ojos y volvió a seguir vistiéndose.

Termino de cambiarse y se levantó para terminar de secar su cabello. – A mí me encerraron por asesinato y portación de drogas. – Sonrió irónicamente. – Me atraparon en una redada, pero no me vine sin dejar varios de esos policías en la tumba. - Siguió secándose el pelo, parecía haberse olvidado de las tres mujeres.

Termina de cambiarse y comienza a peinarse tranquilamente. – Puedo hacer que le llegue una buena suma de dinero a tu familia todos los meses. – Cerró los ojos al notar que su pelo se encontraba enredado. – Mierda, ni siquiera un buen peine me han dado. – Suspiro y siguió peinándose, tardo un rato en responder. – Eso ya lo veremos, tal vez tu fidelidad o tienes otra cosa para ofrecerme? – Siguió quejándose del pelo.

Miro a Aud y sonrió. – No, solo use un arma y contra eso nadie es infalible. – se sentó mejor y termino de peinarse. – Dime que puedes llegar a darme a cambio, si no me interesa buscaremos otra cosa. – Se sentó mejor y se quedó mirándola como terminaba de vestirse. – Aun no me han asignado celda, espero no me toque alguna tonta. -

Recoge sus cosas y se recuesta en la pared mirando a Audrey y sonríe asintiendo. – No, no sé por lo que has pasado, pero tengo una vida parecida. – Se acercó a ella y se agacho para estar a su altura mientras le levantaba el mentón con el dedo índice mirándola a los ojos. – Voy a hacer que tu familia está bien, se lo que es vivir en la pobreza y tu hermanita no tiene por qué soportar lo que nosotras pasamos. – Se levantó y le tendió la mano mirándola aun fijamente.

Vamos, levántate no te caigas que eso no sirve. – Espero a que le tomara la mano para ayudarla a pararse y le puso las manos en los hombros. – A cambio de la ayuda quiero que te pongas bajo mi mando; no voy a pedirte nada malo solo cosas que vea puedes hacer. – Se quedó impasible esperando la respuesta de Audrey mientras prestaba atención a las tres mujeres que volvían a hablar entre ellas.

Siente como la abraza y sorprendida la devuelve el abrazo con cuidado acariciándole el cabello. – No tienes que darme las gracias, solo dime si estás de acuerdo con lo que te pido a cambio. – La separa un poco mirándola a los ojos y le sonríe. – Te prometo que no le pasara nada a tu familia mientras estén bajo mi protección. – Se gira buscando sus cosas tranquilamente mientras ve que las otras tres se marchan del lugar.

Vuelve a Audrey y se le para frente mirándola a los ojos. – Eres bella, es una lástima que tengas que estar encerrada. – Miro el lugar más tranquila y a Audrey. – Creo que por ahora nos dejaran tranquilas. – La miro a los ojos algo sonriente mientras se acomodaba el cabello en una cola de caballo pues parecía molestarle.

La miro buscar el peine y comenzar a peinarse de nuevo el cabello; se acercó a ella y tomo el peine comenzando a peinarla. – Tienes un pelo hermoso, se nota que lo cuidas. – la peinaba con delicadeza y tranquilidad. – No te preocupes, no volverán a pasar hambre eso te lo aseguro. – Acariciaba su cabello con cuidado y se lo acomodaba con cuidado.

Termino y le devolvió el peine. – Te han asignado celda? Me gustaría saber cuál es y el pabellón. – Se puso delante de ella y la miro a los ojos esperando una respuesta a su pregunta. – Es para buscarte por cualquier cosa. – Le sonrió tranquila.